
Comentábamos con el Dr. Diego Espinoza especialista en Medicina del Deporte lo sucedido al Ing. Rogelio Torres González con quien tenía una estrecha relación que se intensificó con la enfermedad de “Torritos”, salió en la plática la condición del papá de Juan Pablo “El Pabi” Cortez que pasaba por los mismos síntomas; desafortunadamente la semana pasada también dejó de existir; los embates del letal cáncer finalmente lo vencieron, este mal se ha acentuado en nuestro tiempo por muchas razones, la principal, los malos hábitos en la alimentación. Con el Dr. Espinoza estuvimos de acuerdo lo determinante que era el estado anímico del enfermo y la familia cercana, sin embargo irremediablemente el desenlace final tarde que temprano llega.
MUERTE Y DESAPARICIÓN, ¿CUÁL ES LA DIFERENCIA?
El Pbro. Arnulfo Valencia en su clase de Bioética que nos impartía años atrás, alguna vez nos preguntó al grupo, qué familiar nos dolería más perder; cada uno dimos nuestra opinión, en lo personal dije que perder un hijo, los míos eran adolescentes, para mí sería lo más doloroso. Ahora la pregunta sería qué causará más dolor: la muerte o la desaparición de un hijo. Es dramático ver a un padre de familia decir que prefiere la muerte rápida de su hijo adolescente desaparecido, por tan sólo pensar que estuviera sufriendo por la enfermedad “Mal de Kawasaki”; “causa inflamación de los vasos sanguíneos en las arterias, especialmente en las coronarias, lo cual puede llevar a que se presenten aneurismas”. (Dilatación de la pared de una arteria).
“La muerte es parte de la vida” y alguna otra frase parecida escuchamos cuando alguien nos quiere alentar después de haber perdido a un ser querido y vaya que recientemente varias personas conocidas han partido en el "viaje sin retorno”. El fallecimiento del Ing. Torres González “Torritos” muy conocido y apreciado en el medio deportivo, después el señor Cortez, ahora, personajes como Jesús Vega también dejó esta vida, era un famoso farmacéutico conocido por gente que no tiene para ir al médico, Jesús era muy “atinado” para vender el medicamento que la gente, sobre todo “la jodida” requería. A no pocos deportistas que no tenían para ir al especialista en Medicina del Deporte los rehabilitó, tenía su farmacia en la esquina de Juan de la Barrera y Michoacán.
LA FAMA Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Cuando nos enteramos de las causas del fallecimiento de Cristian Benítez no queda más que sorprendernos que en este tiempo alguien muera por una apendicitis, no tomemos en cuenta la profesión, ni siquiera la fama, menos las especulaciones de si fue mal atendida, hubo negligencia o descuido de los médicos o la controversia porque en su país determinaron luto nacional. En los medios de comunicación le dedicaron mucho espacio y hasta los principales clubes en donde triunfó aquí en México, le ofrecieron celebraciones eucarísticas. Ya sabemos que la tv necesita de acontecimientos así y cuando los famosos son noticia dan amplia cobertura para mantenerse en la preferencia de los telespectadores que en México son millones aunque poco críticos. Recordemos además un principio del periodismo es, parafraseando al Lic. Carlos L. Wagner en un diplomado que nos impartió bajo la autorización de la Universidad Latina de América: “noticia no es que un perro muerda a una persona, sino que la persona muerda al perro”, o sea que para los medios fue más interesante la muerte que el hecho de jugar en Qatar en un futbol desconocido totalmente pero donde mejor pagaron al América y al propio jugador por el traspaso.
Debemos tomar en cuenta, a la hora de juzgar, que hasta en la muerte hay jerarquización por la fama, actualmente es el deporte quien aporta los héroes a una sociedad relativista, impregnada e influenciada en exceso por la actividad deportiva convertida en una industria, fabricante de fama desechable; héroes de papel o en imágenes que pronto desaparecen.
Por eso se comenta más y hay más duelo por el fallecimiento de un futbolista que ya ni jugaba en nuestro país pero había logrado varios títulos y fue un goleador “implacable” en nuestro futbol profesional que por la cantidad de muertos que genera la actual lucha que existe en todo el país, muy recrudecida en nuestro estado; como que nos hemos acostumbrado a que muertos y desaparecidos sea “el pan de cada día”.
FUTBOLISTAS Y LAS MUERTES VIOLENTAS Y SÚBITAS
Muchos deportistas han fallecido en plenitud; futbolistas sobre todo, en diferentes circunstancias y por causas distintas: ¿se acuerdan de Pepe Martínez y Octavio Muciño de las Chivas?, Pablo Hernán Gómez y Miguel Calero del Pachuca? Eso sin contar lo sucedido a Salvador Cabañas DEL América; realmente fue un milagro su recuperación y que viva con una bala en su cabeza. Todos ellos de primera división, pero en las de ascenso se han ido prematuramente muchos: Aquí en nuestra región zamorana: ¿se acuerdan de Ernesto “El Cañas” Anguiano o de Mario Brizuela, ambos vinculados al Zamora en diferentes épocas?, ¿se acuerda de aquel recio defensa zamorano Mario García Irazaba. Otros que fallecieron ya retirados como futbolistas en activo, también de cáncer, como Rafa Márquez Esqueda papá de Rafa Márquez Alvarez.
Aparte debe comentarse lo que les sucede a los deportistas que sin causas aparentes fallecen: Antonio De Nigris hermano de Aldo ex del Monterrey ahora con el Guadalajara. De Zamora podemos colocar aquí a Pepe Ruvalcaba que siendo aún joven murió repentinamente. En fin la muerte siempre está a la vuelta de la esquina y muchos deportistas fallecen a causa de la “muerte súbita”, evento que aparece en plena actividad y que en el fondo es por algún mal congénito o como dice el Dr. Agustín Avalos Lebrija jubilado del IMSS “simplemente porque se para la maquinaria”. El caso más reciente de “muerte súbita” e dio en Perú el 30 de julio pasado con la muerte de Fernando Cárdenas Moscol del Sporting Cristal de Lima, “falleció de un paro cardio respiratorio durante unas pruebas físicas para ser admitido en divisiones menores. Esto fue un día después del suceso de Benítez.
El problema es que la edad de la juventud coincide con la edad en que los deportistas tienen su
máximo esplendor tanto físico como técnico para desarrollar a grandes alturas sus virtudes deportivas, es cuando menos se piensa en la muerte, erróneamente se tiene la idea que quien está más cerca de ella el anciano, el viejo, el abandonado, el que no tiene recursos.
Con la muerte de Benítez nos damos cuenta que es muy recomendable estar siempre preparados y no pensar que “a nosotros no nos sucederá”. Por eso hay que ser precavidos y estar preparados.
También debemos reflexionar: ¿es posible no detectar a tiempo una apendicitis por más inadvertida que parezca? ¿En este tiempo de tantos adelantos tecnológicos especialmente en la medicina? Más aun siendo un personaje, deportista de alto rendimiento; simplemente por la fama son atendidos de inmediato.